TRASPLANTE DE CORAZÓN II
Técnica quirúrgica: el trasplante
El procedimiento más común es implantar el corazón del donante recientemente fallecido e implantarlo en el receptor. Cuando el corazón del paciente es extraído y se implanta el nuevo, se le llama al procedimiento trasplante ortotópico, y es la técnica que se usa en la actualidad. Antiguamente, se dejaba como apoyo del corazón del donante el corazón del enfermo, era un trasplante heterotópico.
Así, el procedimiento pasa por dos etapas: la extracción y el implante.
Primeramente, el equipo de extracción se dirige al hospital en el que se encuentre el donante fallecido para realizar la extracción. Luego, el corazón es transportado en un contenedor especial con suero frío al hospital donde se implantará. En este momento, el equipo que implantará el corazón ya se encontrará en el quirófano junto al paciente que se será trasplantado, ya listo para agilizar el proceso.
Se lleva a cabo el procedimiento de circulación extracorpórea (CEC), en el que el paciente es conectado a una máquina que hace las funciones del corazón (retira la sangre venosa y bombea la arterial) y del pulmón (depura el dióxido de carbono de la sangre y la oxigena), lo que permite que el corazón "real" permanezca inmóvil durante el proceso.
Normalmente, para extraer el corazón del enfermo se corta en la parte posterior de la aurícula derecha y se separa cortando las arterias aorta y pulmonar. En la cara posterior de las aurículas será donde se suture el nuevo corazón. Cuando esto haya ocurrido, el paciente se desconectará de la máquina de CEC y el corazón comenzará nuevamente a latir, si bien es posible la necesidad de fármacos para regular el ritmo cardíaco o la tensión arterial.
Postoperatorio
El paciente, en la unidad de cuidados intensivos, se recupera de los efectos de la anestesia, y luego se retira la ventilación mecánica. Se encontrará en una zona aislada para evitar el rechazo y la infección, complicaciones que determinarían el fracaso de la operación.
El rechazo se produce ya que el sistema inmunitario no reconoce el tejido nuevamente implantado como propio, lo que hace que genere una respuesta inflamatoria e inmunitaria que puede acabar por destruir el nuevo corazón. Esto puede ocurrir en torno al 20% de los pacientes.
Para evitar esto, existen fármacos que pueden hacer que el sistema inmunitario reconozca al corazón como propio, de manera que deben ser administrados justo después de la intervención.
Existen varios tipos de rechazo:
- Hiperagudo. Ocurre de manera inmediata. Es muy poco habitual.
- Agudo. Ocurre en los primeros 3-6 meses.
- Crónico o enfermedad vascular del injerto. Ocurre a partir del primer año de operación.
En cuanto a la infección, puede ser potencialmente mortal si es un momento en el que las defensas del paciente están bajas. Por ello, es muy importante mantener el equilibrio entre el grado de inmunosupresión para evitar al rechazo, siempre que no favorezca la aparición de infecciones causadas por virus, hongos y protozoos.
Las más frecuentes son las de las vías respiratorias bajas, mediastinitis y meningitis.
Por el tratamiento inmunosupresor también puede aparecer cáncer, ya que también disminuye la defensa contra el crecimiento de células malignas. Los más frecuentes son los linfomas y los tumores de piel.
El nuevo corazón es muy propenso a desarrollar cardiopatía isquémica, para la que se recomienda un tratamiento que consta de Aspirina.
Respecto a la supervivencia, se estima que la mortalidad en los primeros 30 días del trasplante es de un 14%. El 80% sobrevive al primer año, el 75%, a los primeros cinco años y alrededor de un 51% sigue vivo a los diez años de haberse realizado el trasplante.
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