INSUFICIENCIA CARDÍACA II

SÍNTOMAS

Los síntomas de la insuficiencia cardíaca, con frecuencia, empiezan de manera lenta. Al principio, pueden ocurrir sólo cuando se está muy activo aunque, con el tiempo, se puede comenzar a notar problemas respiratorios y otra sintomatología incluso durante el descanso.

Asimismo, los síntomas pueden empezar de manera repentina, después de que el corazón resulte dañado a consecuencia de un ataque cardíaco u otro problema.

Esto permite que se distingan las siguientes fases:

Insuficiencia cardíaca leve

1. La persona no ha experimentado ningún síntoma que le indique que puede sufrir el trastorno. El corazón funciona con normalidad, si bien existe el riesgo de desarrollarlo por causas como cardiopatías.

2. El paciente posee un trastorno cardíaco estructural, de forma que su corazón deja de funcionar con normalidad, aunque nunca ha manifestado síntomas de insuficiencia cardíaca.

3. La persona ha experimentado síntomas de insuficiencia cardíaca.

Insuficiencia cardíaca terminal

4. El paciente se encuentra en fase terminal de la enfermedad, de manera que los síntomas se han agravado y su calidad de vida ha disminuido. En esta etapa, los ingresos hospitalarios son comunes.

Se reconocerá la incapacidad permanente absoluta cuando el grado de insuficiencia cardíaca sea incompatible con toda acción que requiera de un esfuerzo.

Los síntomas más comunes son los siguientes:

Tos
Fatiga, debilidad, desmayos
Pérdida de apetito
Sensación de ahogo, especialmente por la noche
Pulso irregular o rápido, palpitaciones
Retención de líquidos
Tos con flema blanca o manchada de sangre
Hinchazón de pies y tobillos
Dificultad para concentrarse e irritabilidad

FACTORES DE RIESGO

Existen varios factores de riesgo relacionados con la insuficiencia cardíaca. Al igual que en cualquier patología, cuando existen varios, el riesgo de padecerla es mucho mayor.

Además de los mencionados en la entrada "Insuficiencia cardíaca I" (enfermedad de las arterias coronarias, ataque cardíaco, enfermedad de las válvulas cardíacas, presión arterial alta, arritmias, diabetes y enfermedad cardíaca congénita), también son factores de riesgo:

- Algunos medicamentos para la diabetes. Medicamentos como la rosiglitazona o la pioglitazona pueden aumentar el riesgo de padecer insuficiencia cardíaca. Sin embargo, bajo ningún concepto debe ser decisión de la persona abandonar esta medicación sin recomendación médica.

- Otros medicamentos. Algunos medicamentos esteroideos (AINE), anestésicos y otros como algunos utilizados para tratar la presión arterial alta, cáncer o afecciones sanguíneas.

- Consumo de alcohol.

- Apnea del sueño. La incapacidad para respirar adecuadamente durante el sueño provoca niveles bajos de oxígeno en sangre y, por lo tanto, un mayor riesgo de latidos cardíacos irregulares.

- Tabaco.

- Obesidad.

- Virus.

COMPLICACIONES

Las complicaciones de la insuficiencia cardíaca dependerán de la gravedad de la enfermedad cardíaca y de la salud general del paciente. No obstante, algunas posibles complicaciones son:

Daño o insuficiencia renal. La insuficiencia cardíaca puede reducir el flujo sanguíneo a los riñones, lo que puede acabar provocando una insuficiencia renal si no se trata.
Problemas de las válvulas cardíacas. Puede que las válvulas no funcionen correctamente si el corazón está agrandado o si la presión es excesiva debido a una insuficiencia cardíaca.
Problemas con el ritmo cardíaco.
Daño hepático. La insuficiencia cardíaca puede provocar una acumulación de líquido que ejerce demasiada presión sobre el hígado, lo que puede generar cicatrices e inducir un mal funcionamiento hepático.

TRATAMIENTO

El tratamiento puede constar de medicación y/o de cirugía:

Medicación. Se trata con fármacos que atenúan las causas y consecuencias directas de la insuficiencia cardíaca. Por ejemplo, medicamentos para reducir la presión arterial, mejorar la capacidad diurética o aumentar la fuerza de contracción del miocardio.

Cirugía. Las intervenciones quirúrgicas más habituales son: bypass de la arteria coronaria, reparación de la válvula cardíaca o, en casos muy graves, trasplante de corazón.